
La agrovoltaica mejora el rendimiento de cultivos en zonas áridas del sur de España
Un reciente estudio de campo ha demostrado que la instalación de sistemas agrovoltaicos en entornos áridos no solo permite generar energía solar, sino que también mejora el rendimiento de determinados cultivos, gracias a un efecto microclimático favorable bajo los paneles fotovoltaicos. El proyecto, desarrollado en una explotación agrícola de Almería en colaboración con investigadores de la Universidad de Almería y una cooperativa hortofrutícola local, ha obtenido resultados prometedores en el cultivo de tomate y pimiento bajo condiciones de sombra parcial.
Sombra, humedad y menor estrés térmico
El experimento consistió en comparar dos parcelas contiguas: una al aire libre y otra cubierta parcialmente con estructuras fotovoltaicas elevadas, permitiendo la entrada de luz difusa y el paso de maquinaria agrícola. Durante un ciclo completo de cultivo, se registraron parámetros como temperatura del suelo, humedad relativa, consumo de agua, tasa de crecimiento y producción neta.
Los datos revelaron que en la zona agrovoltaica:
-
Se redujo la temperatura del suelo en hasta 3 °C en horas de máximo calor.
-
Se mantuvo una mayor humedad en las capas superficiales del terreno.
-
Los cultivos presentaron menos signos de estrés hídrico y térmico.
-
La productividad se incrementó entre un 8 % y un 12 % en comparación con la parcela no sombreada.
Además, los agricultores destacaron una menor necesidad de riego en los meses más críticos, lo que se tradujo en un ahorro de agua estimado del 17 %.
Una solución adaptada al cambio climático
Estas conclusiones refuerzan la hipótesis de que la agrovoltaica no solo permite un uso más eficiente del suelo, sino que también ofrece una solución de adaptación climática en zonas especialmente afectadas por la desertificación y la escasez de recursos hídricos.
Según el profesor Miguel Fernández, responsable del proyecto en la Universidad de Almería:
“La sombra parcial generada por los paneles actúa como una especie de invernadero invertido: reduce la evaporación, amortigua las temperaturas extremas y protege al cultivo en momentos de mayor vulnerabilidad”.
Este tipo de sinergias, explica, no se consiguen simplemente instalando placas solares sobre campos agrícolas. Es necesario diseñar las estructuras con criterios agronómicos, teniendo en cuenta el tipo de cultivo, el ciclo productivo, la orientación del sol y las prácticas agrícolas de la zona.
Agricultura, energía y rentabilidad
La cooperativa involucrada en el proyecto también ha valorado positivamente la experiencia, no solo desde el punto de vista productivo, sino también económico. La energía generada por los paneles ha sido utilizada para alimentar sistemas de bombeo, climatización de invernaderos y maquinaria auxiliar, reduciendo su dependencia de la red eléctrica y disminuyendo costes de producción.
Según su portavoz:
“Nos ha permitido comprobar que la agrovoltaica no es una amenaza para el campo, sino una oportunidad de diversificación que puede aumentar la resiliencia y la rentabilidad de las explotaciones”.
De hecho, la cooperativa está ya planificando una segunda fase del proyecto, esta vez sobre cultivos de hoja en rotación estacional, para validar la viabilidad del modelo en diferentes condiciones de cultivo.
Retos y próximos pasos
Aunque los resultados son alentadores, los investigadores advierten que no todos los cultivos responden igual a las condiciones de sombra, y que el diseño debe adaptarse a cada explotación. También señalan la necesidad de establecer protocolos técnicos y normativos claros que regulen estas instalaciones y garanticen su compatibilidad agraria real.
Desde la Asociación Agrovoltaica Española celebramos este tipo de proyectos piloto, que permiten avanzar con datos concretos y experiencias reales. Consideramos prioritario:
-
Fomentar líneas de financiación específicas para agrovoltaica en zonas en riesgo climático.
-
Incentivar la participación de cooperativas y pequeños productores en este tipo de pruebas.
-
Promover la formación técnica sobre diseño agrovoltaico adaptado a condiciones locales.
Con estudios como este, queda cada vez más claro que la agrovoltaica no es solo una solución energética, sino una herramienta estratégica para enfrentar el reto climático y dar estabilidad al futuro del campo español.